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¿Cómo ayudar a tu hija de 10 a 11 años a ser responsable y feliz?

Escrito por Instituto Lomas del Real | 05-jul-2017 19:02:00

 

 

Cada persona es única e irrepetible, con cualidades, capacidades y limitaciones que al combinarse forman una persona diferente de las demás y con la necesidad de ser libre utilizando los principios y valores aprendidos que le ayudarán a vivir de acuerdo con su formación y conducta.

En esta etapa, a tu hija le interesa mucho la opinión que los demás tienen sobre ella misma, sin embargo, las convicciones cristianas se mantienen firmes, propiciando así una conciencia del propio yo con características distintas a los demás.

Se motiva por personas a las que admira y la imagen tiene una atracción especial para ella, comienza con observaciones críticas de las personas mayores, pero mucho antes de reprochar un modo de ser de alguna persona, aprueba o reprocha su aspecto físico, contando con el apoyo de su grupo de amigas quienes se defienden mutuamente.

Además, en esta etapa de vida comienza a aparecer la rebeldía frente a cualquier exigencia que suponga un esfuerzo extraordinario, ya que la pereza es una de las causas principales en los cambios de humor. Para lograr una educación de calidad en tu hija debes dedicarle tiempo para pensar, hablar, escuchar y rezar.

Y para lograr una educación acertada el primer paso es conocer cómo es tu hija, ayudándole al mismo tiempo a conocerse a sí misma, antes de llegar a la adolescencia, lo cual será más eficaz en relación con la formación de su personalidad.

Una vez que reconozcas los puntos fuertes y débiles de tu hija debes crearle hábitos o formas de conducta que la ayuden a desarrollarse en las mejores condiciones posibles, con objetivos concretos y planes de acción reales.

Este proyecto educativo y de formación se basará en la idea que se trace acerca de la personalidad de tu hija cuando llegue a los dieciocho años, por lo que estarás educándola para el futuro, con lo cual, este ideal de tu hija no es un sueño, sino el objetivo que no debe abandonarse aunque haya alguna temporada de fallos, volviendo a empezar con una conversación serena, paciente y optimista.

Es importante reconocer que la posibilidad de que tu hija siga teniendo confianza para hablar con suspadres a los dieciocho años, puede depender de las conversaciones que han tenido a los diez y once años.

No gritar es una manera eficaz de practicar la educación, aunque siempre serán pocos todos los medios humanos y también sobrenaturales que se empleen para lograr que en la familia se mantenga un clima de serenidad, logrando la paz que permite escuchar, observar y tener una visión optimista de las posibilidades futuras de su pequeña.

A fin de formar la responsabilidad en tu hija debes crear una combinación de algún trabajo atractivo, como ayudar a hacer la comida, con alguno costoso como el de hacer las camas por ejemplo, exigiendo se cumplan con los encargos y estableciendo el tiempo en el que se supervisan y se cambian o se mantienen, tema que se puede dialogar en las tertulias familiares.

Es básico recordar que el conocimiento de los periodos sensitivos coloca a los padres en una posición privilegiada para educar con eficacia.

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