A continuación, te presentamos la segunda parte a tomar en cuenta para exigirle a tu hija y, sobre todo, que te obedezca convencida de hacerlo. Lograr que con cada uno de éstos tips crezca y logre sus metas de mejor manera.
Los errores hay que corregirlos. Tu hija tiene que conocer las consecuencias de sus actos. que le afectan a ella y a los demás.
El castigo debe ir en proporción con la falta que se cometió. Debe ser un medio para reparar el mal. Por ejemplo, si reprobó una materia por que no estudió bien, porque perdió el tiempo con el celular, lo lógico sería “castigar” o limitar el uso del celular. Trabajar para reponer lo que rompió, o para pagar sus exámenes extraordinarios. Limitar salidas solo para tener más tiempo de hacer lo que se debe o se debió hacer, etc.
Si has establecido límites bien pensados y coherentes con los objetivos, no cedas cuando has dicho no. Cuando tu hija traspasa los límites, no puedas dejar de cumplir las consecuencias acordadas, de lo contrario, la autoridad perdería prestigio. No hay que dejarse llevar por sentimentalismos. A veces los hijos saben muy bien cómo hacerle para que los papás consientan a sus peticiones.
Aplaude sus logros, reconoce esfuerzos, anima cuando falla. No exageres ni cuando felicites ni cuando reprendas. No caigas en gritos y enojos, así como tampoco en adulaciones.
Es importante establecer un clima de confianza, alegría, optimismo y buen humor en el hogar. Son útiles hasta para mandar. Se cree que fortalecen el sistema inmune y colaboran para una buena salud mental. Son las mejores herramientas que tenemos los humanos para enfrentar los problemas.
Hacerlos sentir responsables de su propia felicidad y de su propio bien y el de las personas que los rodean.
En definitiva, se trata de hacer que los hijos obedezcan con autonomía y libertad, con conocimiento de que lo que hacen, es para su mejora personal, para crecer en valores y responsabilidad, y así, en un futuro, ellos también sepan exigir y trabajar sirviendo a los demás.
Éstas son precisamente algunas de las líneas de formación del Instituto Lomas del Real.
Y por último Obedecer ("ob-audire") en la fe, es someterse libremente a la palabra escuchada, porque su verdad está garantizada por Dios, la Verdad misma. De esta obediencia, Abraham es el modelo que nos propone la Sagrada Escritura. La Virgen María es la realización más perfecta de la misma” (catecismo de la Iglesia católica No 144)
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html