Muchos de los padres nos preguntamos si nuestras hijas realmente están aprendiendo lo que el maestro les enseña, sin olvidar que el aprendizaje va más allá de obtener buenas calificaciones o aprenderse de memoria todas las fechas de historia.
El fin último que queremos para nuestras hijas, que es lo más preciado que tenemos, es que sean personas exitosas, autónomas, felices y con una educación integral. Por ello no hay que dejar atrás los valores que nuestros hijos deben tener a lo largo de su aprendizaje.
“Aprender” es conocer, comprender y hacer maestría a través del estudio, fijar en la mente o en la memoria “memorizar”, ser informado o descubrir sobre algún tema. “Saber” o “conocer” es percibir directamente con los sentidos o con la mente y tener la habilidad de hacer “saber cómo” hacer algo siendo capaces de discernir, reconocer y distinguir el objeto de estudio.
En nuestros colegios privados centramos nuestro interés en que el docente pueda implementar una forma de enseñar a APRENDER – APRENDER creando en las alumnas situaciones dinámicas en donde se impulsen a ser creativas, a dar lo mejor de sí mismas de una manera autónoma construyendo un aprendizaje significativo. Es decir, para que un conocimiento sea válido debió ser probado primero por la experiencia que es la base del conocimiento.
Un niño nace sin ninguna idea o conocimiento, pero las experiencias que va adquiriendo a lo largo de su vida son las que dejan huella y van formando su carácter y personalidad.
El aprendizaje significativo no es la "simple conexión" de la información nueva con la ya existente en la estructura cognoscitiva de la estudiante, si no aquella que involucra la modificación y evolución de la nueva información y es lo que pretendemos lograr en la alumna: que haga propio el conocimiento, que lo ponga en práctica en su vida diaria para que más tarde puedan compartir ese conocimiento con los demás.
El papel del docente implica confianza en sus alumnos, transmitir ánimo y trabajar con mucha dedicación, afecto y, si es posible, dedicar tiempo adicional para aquellos que les cuesta más trabajo y va a la par con el papel de los padres que es: crear expectativas positivas en nuestras hijas, siempre motivarlas y hacerlas ver que ellas pueden hacer las cosas bien saliendo adelante ante los obstáculos que se presentan. Si la influencia de un maestro hacia un niño puede llegar incluso hasta la edad adulta, ¿cómo será la huella que los padres pueden dejar en los hijos?