Cuando se proyecta una expedición para conquistar una cima importante, se prepara a fondo todo lo necesario: equipo, mapas, provisiones... Si la cumbre es muy alta y difícil, se busca a una persona que conozca bien las vías de acceso, que señale los pasos peligrosos y los posibles riesgos que podrían hacer fracasar la expedición.
A nadie se le oculta la importancia que desempeña este guía: en ocasiones, la ascensión sería imposible sin su ayuda. Todos hemos sido llamados a la cumbre más alta, dando lo mejor de nosotros y siendo nuestra mejor versión.
La ayuda de un guía permite un conocimiento mayor de uno mismo, aporta sentido y orientación en el crecimiento, ayuda a dimensionar los medios para que sean coherentes con las posibilidades personales, sugiere prioridades, etc. No se puede minusvalorar esta ayuda que ilumina terrenos, a veces, en penumbra y ensancha nuestra mirada.
En la educación personalizada, necesitamos tener dos definiciones claras:
- El preceptor es un profesor responsable de mantener un precepto, ley o tradición. Se utiliza para designar a personas encargadas de acompañar y orientar la educación de un niño o un adolescente.
- Los Millennials (también conocidos como Generación Y), son la generación que nació entre 1982 y 2002 que vive con ideas y perspectivas innovadoras para el mundo.
Siempre ha sido importante el acompañamiento –especialmente en la etapa escolar– para alentar a tener miras altas y no desanimarnos ante las pequeñas dificultades.
Los Millennials son una generación que lo necesita en particular. Recientemente, el escritor Simón Sinek afirmó que no son felices y fracasan en el entorno laboral. Las causas de infelicidad se deben, sobre todo, a sus características generacionales.
¿Qué características tienen los Millennials?
Poseen las últimas innovaciones tecnológicas y tienen una adicción a estar conectados constantemente a Internet. Sinek apunta que, debido a las redes sociales y los teléfonos móviles, cultivan amistades superficiales y no aprenden a controlar la impaciencia. Además:
- Quieren tener un balance total entre el trabajo y lo personal. En la vida laboral, la remuneración no es tan importante para ellos como la búsqueda de su crecimiento personal.
- El estilo de crianza que tuvieron: en algunos casos, les dijeron que podían conseguir todo lo que quisieran en la vida sólo con quererlo. Siempre esperan recibir algo, aunque sea sólo un premio por participación.
- Buscan flexibilidad, trabajo en equipo y dinamismo constante. Les gusta innovar y suelen ver nuevas formas de hacer las cosas.
Algunos puntos para trabajar con Millennials:
- Plantearles objetivos altos, con metas cortas y realizables de forma que vean resultados inmediatos encaminados a un bien mayor.
- Enseñarles a esperar. Deben aprender que algunas cosas toman tiempo y, para alcanzar una cima, es necesario hacer grandes sacrificios.
- Ayudarlos a que se conozcan y entiendan a través de una educación personalizada. Que vean sus virtudes y áreas de oportunidad, para que puedan relacionarse mejor.
- Que descubran lo bueno que hay en los demás, como la frase "si ellos crecen, yo también crezco".
- Explicar que toda pérdida conlleva una ganancia, los fracasos son siempre oportunidades de crecimiento.
El éxito son las pequeñas metas alcanzadas. Cuando alguien está en la cima, cambia la perspectiva cambia y la percepción, descubriendo que el éxito no es lo mismo que plenitud.
Para los millenials, es bueno enseñarles que, si algo no resulta exitoso pero dieron lo mejor de ellos, pueden ser más plenos y felices. Cuando no se busca la felicidad como tal, llega cuando menos la esperan.
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