Habitualmente hacemos un grupo de WhatsApp de madres de familia en el grupo del salón de cada una de nuestras hijas, tratamos de hacerlo para tener un medio ágil e instantáneo para comunicarnos con otras mamás y mantenernos informadas sobre los imprevistos en los temas que nos son comunes en el colegio de nuestras hijas.
Esto no es nuevo, sustituye lo mismo que antes hacíamos cuando bajábamos a dejar a los hijos y nos quedábamos en la banqueta a platicar o llegábamos unos minutos antes de la salida y allí platicábamos de los temas del colegio, la maestra, la tarea, la circular, el festival. Ahora el chat lo hace en cuestión de segundos y a todas las mamás.
Y si ya lo hacíamos, ¿ahora por qué tienen tan mala fama los chats?, ¿por qué surgen tantos problemas a partir de que ellos surgieron? Los problemas surgen, explica Guillermo Cánovas, director de EducaLIKE “cuando algunas familias hacen un uso inapropiado que pueden derivar en distintos malentendidos, como sucede en no pocas ocasiones”. Una de ellas, “y quizá la más habitual es el bombardeo constante de mensajes sobre cuestiones poco relevantes o que sólo afectan a algunos alumnos”.
Muchos padres, continua el experto, “se quejan de que al abrir los mensajes de su grupo pueden encontrar a veces 100 o 200 mensajes sobre intendencia tipo: ¿quién ha cogido el chaleco de mi hijo? Al que suceden decenas de mansajes del tipo: “yo no”, “yo tampoco”, “luego lo busco”, “a mí ya me ha pasado”, “así que si alguien lo encuentre que me lo deje en su mochila”, “¿has preguntado en consejería?”.
“Tienen cosas buenas, pero la mayoría de las conversaciones son de este tipo, que no son del todo informativas y están llenas de emoticonos de besitos y aplausos pero, sobre todo, el principal error es el de sacar a sus hijos las castañas de fuego, preguntando por fechas de exámenes y deberes” remarca Eva Bailén autora del libro “Cómo sobrevivir a los deberes de tu hijo”.
Por estas razones es que hay un riesgo en el empleo que algunos padres hacen con el uso del WhatsApp. “Mi padre no descolgó un teléfono jamás para preguntar cuáles eran mis deberes. Si al niño se le olvida la tarea, era su problema. Estamos eximiendo a los menores de sus responsabilidades” apunta el docente y autor de numerosos libros de educación Óscar González.
Este tipo de acciones a través del WhatsApp “nos llevan a la hiperprotección de los hijos” añade Eva Millet, madre, periodista, y autora del libro “Hiperpaternidad”. “Pidiendo que manden una foto de la página de tareas al chat del grupo nos convertimos en la agenda de nuestras hijas, en madre secretaria, en su asistente personal… y le hacemos un flaco favor”, advierte.
También es frecuente señala Cánovas que en algunos de estos grupos se utilicen “para poner en común quejas, acusaciones o juicios de valor sobre personal del centro educativo, produciéndose en ocasiones verdaderos linchamientos virtuales, en lugar de utilizar los canales adecuados ya establecidos para cada situación”.
Entonces ¿qué le conviene a una madre de familia, abandonar el grupo o permanecer con sentido común? Claro que hay muchos padres que son nativos digitales interesados en esta herramienta pero nunca han recibido ningún tipo de formación de cómo utilizar correctamente los medios que la tecnología pone a nuestro alcance, lo que hace que los usemos sin medida.
Hay que generar un buen ambiente y que el grupo de WhatsApp sea útil, para esto hay algo que según Cánovas nunca falla: “El sentido común y procurar que no se llene de mansajes que no interesan a la mayoría. Seamos constructivos y no olvidemos que los niños aprenden de la forma que sus padres se relacionan entre ellos y con el colegio”.
En nuestros colegios particulares en San Luis Potosí te damos unas recomendaciones básicas para el buen uso del grupo de WhatsApp de tu grupo y sea lo más positivo y útil para todas, si ya te has equivocado o hecho un mal uso siempre puedes disculparte con la persona o personas a las que pudiste haber molestado y volver a comenzar:
Martha Daniela Montalvo. Información tomada del artículo de ABC "Qué hacer (y qué no) en el grupo de WhatsApp de padres del colegio", de Carlota Fominaya