Constantemente, como padres de familia, nos enfrentamos a ciertas dificultades cuando intentamos que nuestros hijos coman de manera saludable, disfrutando con gusto los diferentes sabores que podemos ofrecerles y así garantizar su desarrollo físico e intelectual de manera adecuada.
Estamos seguros que, como padre de familia, utilizas diferentes estrategias para que tus hijos se alimenten bien y aquí te daremos algunos consejos que convertirán estos momentos en experiencias muy divertidas y sumamente interesantes para lograr que adquieran buenos hábitos alimenticios, basadas en el juego y la imaginación.
El juego es la mejor herramienta educativa en la vida de los niños, esencial para el desarrollo de funciones sociales, emocionales, cognitivas y físicas.
En el caso de la alimentación, integrar los juegos y la imaginación a las conductas alimenticias representa un universo de posibilidades para que eduques a tus hijos en una buena alimentación.
Consejos para una buena alimentación sin hacerla aburrida
Desde la experiencia en nuestro kínder en San Luis Potosí, nos hemos dado cuenta que existen muchas soluciones para lograr una alimentación sana y divertida para los niños, entre ellas:
- Fomentar una participación activa, "vamos a jugar a cocinar". Puedes poner en marcha actividades que favorezcan el hábito de cocinar, como clasificar los alimentos, contar los limones necesarios para hacer el agua del medio día, poner a los niños a revolver los huevos y enseñarles más acerca de la comida que están preparando.
- Involucrar todos los sentidos. Que distingan entre el olor del cilantro o del perejil, el color rosado del salmón o de la carne de puerco, la textura blanda de la mantequilla o rugosa de la piel de un melón… A los seres humanos nos mueven los sentidos y los niños se conectan mejor, consolidando los aprendizajes a través de ellos.
- Cuéntales historias con la comida- Haz de la cocina toda una experiencia, cuéntales historias a través de la comida: recuerdos que te traigan los aromas, cenas o comidas memorables con tus seres queridos, datos curiosos al respecto de algún alimento, e incluso, que ellos se inventen historias a través de su imaginación.
- Reemplazo saludable: Las comidas grasosas y poco saludables como los dulces, la pizza o hamburguesa son las favoritas de los niños, pero no aportan el valor nutrimental que necesitan. Prueba modificando algunos ingredientes o disminuyendo las porciones, variando las guarniciones y sacando el mayor provecho a estos alimentos.
- Todo entra por los ojos: Una buena estrategia es hacer que la comida saludable luzca apetitosa o divertida jugando con los platillos. Intenta, por ejemplo, representar un gusanito con uvas, palmeras hechas con plátano y kiwi o bien, un búho hecho con gajos de manzana. Esto hará que tus hijos quieran comer más y no dejen nada por comer. ¡Hoy en día hay un sinfín de ideas en internet!
Para reflexionar
No olvides aprovechar al máximo el tiempo dedicado a los alimentos en familia. La hora del desayuno, la comida y la cena suelen ser momentos que todos los integrantes disfrutan mucho y debes procurar hacerlos un ritual lleno de alegría que favorezca la comunicación y confianza entre todos.
Procura fortalecer y consolidar a través de tu ejemplo con una buena alimentación que incluya los nutrientes, vitaminas y minerales que necesita tu hijo para crecer saludable.