La educación en positivo es la forma más rica de crecimiento en cada persona, por lo que tenemos que buscar que los hijos busquen ser mejores personas cada día, no sólo por ellos sino para los demás. Para educar en positivo tenemos que formarlos en el amor, en el querer ser virtuosos para desarrollar su corazón.
La educación en positivo es una forma eficaz para educar en valores y guiar a los niños para ser líderes en el futuro.
Los padres tienen, en ocasiones normales de convivencia familiar, numerosas oportunidades de actuar educativamente con los hijos. Este modo de actuar configura un estilo familiar de educación. Así, todos los miembros comparten y respetan una serie de criterios y comportamientos.
Con los hijos, tenemos que buscar que desarrollen todos los componentes de la persona: cognitivos, volitivos, afectivos y conductuales. Si ellos entienden por qué deben ser mejores y solidarios, su voluntad más crítica para elegir lo mejor para ellos siempre.
Asimismo, la fuerza de voluntad aumentará su autoestima y seguridad personal al proporcionales facilidad y energía para conseguir las metas a las que aspiran.
La afectividad se encamina hacia la disposición generosa del bien, que exige sacrificio y renuncia para superar el propio egoísmo. Tener buenos sentimientos facilita una firme voluntad para el bien. Es complejo, pero tenemos que guiar las sensibilidades morales de nuestros hijos y ayudar a modelarlas para que las identifiquen, expresen, comprendan, juzguen y dirijan.
Debemos alimentar la razón con el conocimiento de los valores, enseñar a reflexionar para decidir lo más adecuado en cada situación y de examinar luego si la acción que ha decidido concuerda con el fin que se buscó. Dejemos que actúen libremente para que madure su voluntad.
Hay que educarlos, siempre enseñando a esforzarse día a día en hacer lo que uno entiende que debe hacer: aprovechar el tiempo, sacar partido a las propias capacidades personales, procurar vencer los defectos del propio carácter, buscar siempre hacer algo más por las personas que están a nuestro alrededor, mantener una relación cordial con todos, etc.
Recordemos que la infancia es un punto clave para educar en positivo. Lo que se hace en este periodo influye directamente en cómo se enfrentarán después nuestros hijos a la vida. Busquemos dotarlos con los valores fundamentales: autodominio, fuerza de voluntad y confianza en sí mismos.
Busquemos que cada uno busque en su propósito de ser:
En nuestros colegios privados en San Luis Potosí estamos convencidos de que la educación que demos hoy es nuestra responsabilidad para forjarles un futuro mejor. Démosles un provechoso porvenir ahora que podemos.
*Escrito por: MBA. Alejandro Arriaga de la Garza / aarriaga@irsl.edu.mx