Álvaro González Alorda –conferencista, profesor y escritor– comenta en una de sus conferencias de TED en la Universidad de Navarra, sobre el experimento que una profesora hizo al preguntar a sus alumnos: “¿qué esperan de un profesor? A lo que un alumno responde: que me enseñe algo que no pueda encontrar en Google”.
Ante esta demoledora respuesta, González Alorda comenta que, efectivamente, ése es el gran reto de las escuelas hoy en día. La única manera para que Google no se convierta en la “escuela” del mañana, o mejor dicho, para que la escuela no sea un “refrito” de Google, es retomar lo más importante de toda institución educativa: el profesor.
Pero no cualquier profesor, sino aquel que inspira a través de sus conversaciones. Aquel que es capaz de dar consejos, ánimos, llamadas de atención, recomendaciones, etc. para que los alumnos crezcan como personas. En los Colegios del Real, lo llamamos preceptor (o coach).
“En ese momento extraordinario en el que estás soñando tu futuro, es crucial tener cerca a personas que sean referentes, a profesores inspiradores que te ayuden a construir tus sueños”, explica González Alorda. Eso, definitivamente, no lo puede enseñar Google y sí lo pueden dar los preceptores.
Educar es ayudar a crecer al otro, pues se instruye para la libertad. No se puede considerar educativa aquella labor que sólo se enfoca en el aspecto académico. Por supuesto que se debe crecer en lo académico, pero lo más importante es el crecimiento personal, el cual está relacionado con uno mismo, la familia, lo espiritual y lo social.
Como dice Tomás Alvira en su libro Cómo ayudar a nuestros hijos: “Ciertamente los hijos necesitan ayuda para crecer, para desarrollarse en el más hondo sentido de esta palabra, que se refiere no ya sólo a su aspecto biológico, sino al proceso de perfeccionamiento de la persona humana.”
Perfeccionar a un niño no es tarea fácil y esto no se aprende en los buscadores o internet. Por lo tanto, los padres necesitan ayuda para lograrlo. La gran misión que tiene el preceptor o coach es ser un asesor familiar que oriente a los alumnos y a los padres.
No podemos educar en masa, de manera industrializada. Es imperativo educar a cada persona según su completa singularidad. En otras palabras, debemos permitir que cada alumno camine su propio camino y trace su proyecto de vida, según las características que lo hacen ser único e irrepetible.
Sólo con una educación personalizada se puede obtener lo mejor de cada uno.
Todo depende de la seriedad con la que tomemos a los alumnos. Si aceptamos que su crecimiento integral como personas es lo más importante, habrá que actuar en consecuencia.
No es lo mismo educar a un alumno para que únicamente sea exitoso profesionalmente, gane concursos y domine las ciencias, a que se forme –además– en virtudes, sea buen amigo, buen hijo de Dios y que alcance la felicidad. Sin duda, uno u otro camino tienen como punto de partida el concepto y el valor que cada uno tiene sobre la persona humana.
En los Colegios del Real, tenemos perfectamente claro el valor infinito de cada alumno.
El talento y la preparación son la base de cualquier organización, es decir, a partir de un gran equipo de trabajo se puede garantizar el éxito de cualquier proyecto. Collins, en su libro Good to Great lo deja claro: “The executives who ignited the transformations from good to great did not first figure out where to drive the bus and then get people to take it there. No, they first got the right people on the bus”.
Por lo tanto, como hemos mencionado, el acompañamiento personal con cada alumno y su familia es crucial para obtener el mejor resultado educativo. La gente encargada de este coaching o preceptoría no sólo debe ser buena, sino la mejor. “Good is the enemy of great. And that is one of the key reasons why we have so little that becomes great” (Collins).
Por ello, en los Colegios del Real, la formación y la preparación profesional de nuestros preceptores son de vital importancia. Todos ellos cuentan con licenciatura, maestría, diplomados y/o cursos en áreas de educación familiar, preceptoría, asesoramiento educativo familiar, formación de los niños en sus distintas etapas de crecimiento, etc. Además de tener programas de capacitación.
La oferta de colegios en San Luis Potosí es cada vez mayor y la decisión se complica para los padres. Entendemos que la elección no debe ser tomada a la ligera.
Creemos que elegir un colegio por factores como cercanía, precio o conveniencia deben ser considerados, pero no ser lo único. Elegir al mejor compañero de equipo en la educación de los hijos es vital para los padres. Y una variable estratégica que debería considerarse es el tipo de coaching que tendrán sus hijos a lo largo de su proceso educativo.
¿Cómo reaccionará un director de colegio si cuando entrevista a nuevos padres de familia, además de preguntarle por las instalaciones, el nivel académico y la tecnología, le preguntan por aquello que sus hijos nunca podrán encontrar en Google?
*Artículo escrito por: Lic. Miguel Saiz Fernández / miguelsaiz@irsl.edu.mx
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