Sobreviví al Coronavirus

¿Alguna vez has sentido esa profunda satisfacción de haber soportado algo y darte cuenta que te hizo mejor?
El hecho de que alguien cuente que sobrevivió, significó que salió victorioso de algún momento significativo y en algunos casos peligroso. Es decir: ¡Vivió para contarlo!

En nuestro caso, todavía no debemos cantar victoria, mucho menos bajar la guardia (aún estamos confinados). Lo que sí podemos decidir es cómo estaremos preparados para esta nueva REALidad que nos espera. Aún podemos cambiar la historia.

No esperemos quedarnos con los brazos cruzados esperando que la enfermedad no toque a nuestra puerta, debemos hacer nuestra vida, según las circunstancias que nos toca vivir a cada uno. Dicen que la dificultad es una oportunidad disfrazada.

Podemos ponernos unas metas que nos permitan no sólo sobrevivir, sino crecer en este confinamiento. Por ejemplo:

Vivir un horario, armar una rutina de trabajo, dedicarle tiempo de calidad a la familia, leer varios libros, ver esa serie o película que te recomendaron, hacer ejercicio. Además, escuchar a expertos en materias que nos gustan, no importa la edad; desde cómo aprender a hacer caricaturas, hacer un video, cocinar, aprender a tocar un instrumento, a bailar, rutinas de ejercicio, etc.

Pero el reto no puede quedarse ahí, no sólo podemos consumir lo que hay en redes sociales o en pantallas, también podemos nosotros generar nuestros propios contenidos, como escribir un libro y enseñar a otras personas las cosas que sabemos hacer, por ejemplo: alguna receta de algún plato en el que nos hemos especializado, enseñar a tocar algún instrumento, enseñar a dibujar, a tomar fotografías, hacer crítica cinematográfica y de libros, en fin. Las posibilidades son infinitas. La idea es enseñarle al mundo lo que sabes hacer y lo que te gusta.
Así que cuando termine este confinamiento, podremos salir mejor preparados para esta nueva realidad y con habilidades que no teníamos antes de este encierro.

Con el paso de los años contaremos lo que nos implicó el quedarnos en casa, los meses que duró, y el esfuerzo que implicó cuidar todas las medidas necesarias para evitar contagios.

Y entonces sí, no sólo habremos sobrevivido, ¡habremos vivido al máximo!