Si hablamos de métodos efectivos de aprendizaje, sin duda alguna el juego es el primero en la lista pues si lo aplicamos a un componente educativo obtenemos la fórmula enseñanza – aprendizaje. ¡¿A qué niño no le gusta jugar?!
El juego bien orientado es una oportunidad que debemos aprovechar. En el modelo educativo de nuestro kínder en San Luis Potosí, los niños aprenden porque las actividades lúdicas les ayudan a retener el conocimiento mediante aprendizajes significativos, es decir, que no se olvidan, lo cual debe de ser fomentado no sólo por los maestros sino también por los padres de familia.
Muchas veces, como adultos, no nos detenemos a pensar acerca de las ventajas que esto tiene para los niños y no lo queremos incluir en nuestra vida diaria por miedo a que no funcione en el aprendizaje.
Sin embargo, te podemos asegurar que jugar es una actividad que no sólo fomenta la adquisición de nuevos aprendizajes, sino que despierta en los niños muchos otros procesos, como:
- Reflexión.
- Análisis de situaciones.
- Solución de problemas lógicos.
- Sociabilización.
- Imaginación.
- Entretenimiento.
- Creatividad.
- Diversión.
- Capacidad de abrirse a diferentes maneras de explorar el mundo que le rodea.
El desarrollo del juego como estrategia de aprendizaje permite que los niños vayan creando sus propios conocimientos a través de la experimentación y exploración.
Los niños no necesitan que nadie les explique los beneficios o procedimientos para aprender mediante el juego, ya que se da de manera natural. Y si nosotros adultos aprovechamos estos momentos, orientando su juego hacia un objetivo o finalidad, por ejemplo alguna fecha, concepto, dato, número o letra, esto quedará guardado permanentemente en su memoria. Y mejor aún, si le damos la continuidad y relevancia en su entorno o contexto, será una experiencia maravillosa e inolvidable.
El aprendizaje no tiene por qué ser aburrido, al contrario, debe ser algo que vaya de la mano con el juego y la diversión para generar mayor impacto en la memoria del niño.
Tipos de juegos teniendo en cuenta la edad del niño
Los niños juegan de diferentes maneras, todo depende de su personalidad, habilidades e intereses o incluso sus necesidades, pero el juego se presenta, principalmente, según la etapa de desarrollo en que se encuentre cada uno. Algunos ejemplos de acuerdo con su edad son los siguientes:
- 0 a 2 años: En esta etapa de juego el niño se centra en sí mismo, en su propia exploración se podría llamar “el juego solitario”. Avientan pelotas y suenan sonajas sin interactuar necesariamente con más personas.
- 2 a 3 años: A esta etapa del juego se le podría llamar “el juego paralelo”, ya que al niño le gusta jugar estando con más personas, sin embargo, no interactúan completamente con ellos.
- 3 a 4 años: En esta etapa, el niño empieza a interactuar con otros compañeros, pero cada uno le da un uso o rol diferente al juego, no hay objetivos específicos para cada uno. A esto se le llama “juego asociativo”.
- 4 a 5 años: En esta edad, el niño interactúa por completo y de forma más organizada con sus compañeros, asumiendo roles y teniendo un objetivo en común. A esto se denomina “juego cooperativo”.
El niño va creciendo y el juego es mucho más complicado, con temas más estructurados, con reglas y objetivos en común, así que seguro te cuestionas ¿por qué utilizar el juego como estrategia de aprendizaje? Aquí te enumeramos algunas de sus ventajas:
- Acelera los procesos de aprendizaje.
- Construye la capacidad lúdica y de creatividad.
- Fomenta la imaginación.
- Propicia la integración entre los niños.
- Genera placer (diversión, espontaneidad, sociabilización) en el niño.
Es así que probablemente en estos últimos días de clase, de calor y festejos, las palabras mágicas serán: ¡niños, vamos a jugar!
Te invitamos a conocer más a fondo nuestro proyecto educativo integral de preescolar basado en éste y muchos otros principios importantes en el desarrollo de los más pequeños.