Cultivando la responsabilidad social en los niños

27-abr-2017 14:01:30 / POR Instituto Real de San Luis

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Los niños no deben ser indiferentes ante la necesidad de los demás, sino involucrarse de alguna manera en la solución a las carencias en su entorno; por eso promovemos la responsabilidad social en los mejores colegios en San Luis Potosí.

“Todo el mundo puede ser grande… porque cualquiera puede servir. Para eso no necesitas un título universitario. (…) Lo único que necesitas es un corazón lleno de gracia, un alma nacida del amor” -Martín Luther King.

En la actualidad, escuchamos muchas noticias amarillistas que nos tratan de sensibilizar sobre la situación actual del planeta, lo malo es que generalmente nos mostramos indiferentes al escucharlas o mostramos un ligero interés momentáneo por ello sin hacer nada al respecto.

El problema de la apatía hacia la miseria ajena radica en la falta de educación solidaria, principalmente de padres a hijos.

Para educar en solidaridad, la guía principal es la familia (el ejemplo de los padres) en los diferentes momentos de la vida, instaurando un estilo familiar y un ambiente en el que tiene sentido la renuncia personal para ayudar a los demás. Los padres deben estar conscientes de la importancia que su ejemplo y dedicación tienen en la transmisión de una cultura solidaria.

Hay que recordar que nadie nace sabiendo “entregándose” a los demás, sino que la actitud de servicio se aprende de los demás. Por lo que tenemos que ejercitar en los hijos la realización de pequeños servicios. Sugerirles constantemente, con suavidad, modos de volcarse con los demás. Por lo general, los niños tienden al egoísmo, individualismo y a pretender que les sirvan a ellos.

Al principio se deben aconsejar pequeñas ayudas para que las hagan a su padre, a su madre, a un hermano, a un amigo. Desde pequeños debemos fomentar el hábito de dar como una costumbre, más que como una virtud.

La generosidad, como toda virtud, se logra a través de la repetición de actos hasta que sea natural comportarse de ese modo. Todo es más fácil si en familia hay un ambiente de participación y servicio.

Al educar este hábito no se debe caer en el peligro de alentar a dar “lo que sobra” ni en el de “quedar bien” o “aparentar”, se trata de fomentar la decisión libre de entregar algo que se tiene para hacer la vida más agradable a los demás.

Lo que se debe hacer, siempre en familia, es crear un ambiente generoso para los más cercanos y los más vulnerables. Puede ser asistir, según las posibilidades y tiempo disponible, a centros de ayuda social o comunidades necesitadas.

Algunas sugerencias para realizar en familia de manera periódica son:

  • Participar en colectas de asociaciones en apoyo a los necesitados.
  • Revisar cada año la ropa, los juegos y los juguetes que no se usan para donarlos.
  • Asistir a niños o adultos enfermos en hospitales.
  • Visitar asilos o casas hogar (organizar eventos y/o posadas para ellos).
  • Organizar reforestaciones familiares.

Entre estas actividades, se pueden encontrar muchas más al buscar diferentes instituciones u organizaciones que hacen esto como parte de una labor cotidiana. Al hacerlo juntos, la caridad que nace en sus corazones será mayor a la que nos podríamos imaginar.

*Escrito por: MBA. Alejandro Arriaga de la Garza / aarriaga@irsl.edu.mx

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Topics: Educación en valores