Actualmente, cualquier evidencia de fortaleza, generosidad y vigor en la juventud masculina es sometida y criticada. El varón se ha vuelto blando por temor a mostrar su masculinidad, que hoy se considera fuera de lugar. Este problema de los hombres es un efecto colateral con el que nadie contaba.
Entre los 15 y 25 años, los varones parecen eclipsados mentalmente comparados con las mujeres. Pareciera que no asumen responsabilidades ni responden o conectan adecuadamente. Parecen distraídos en frivolidades, en cosas completamente secundarias que son insignificantes e irrelevantes.
En el Instituto Real de San Luis nos hemos preguntado: ¿cómo educar a nuestros alumnos para que sean verdaderos caballeros en un ambiente y una sociedad que, a veces, los limitan y entorpecen?
Por esta razón nos hemos enfocado en crear un modelo educativo que desarrolla hábitos y virtudes: una continua formación en valores. A través de la educación diferenciada hemos logrado que se desenvuelvan con mayor plenitud.
Por supuesto, el trabajo en casa también es muy importante. Para vivir una atmósfera de confianza, es necesario un ejemplo vivo de generosidad y unión familiar, donde se respire un ambiente de respeto en el hogar.
A lo largo de la educación de tu pequeño, una de las mayores dificultades para lograr que sea una persona atenta y afable en la convivencia –familiar o social– es darle importancia al “tener la razón”. El arte de educar en caballerosidad también precisa otros requisitos y un gran reto para tu hijo.
¿Todavía se puede educar en la caballerosidad?
Creemos que sí. Por eso compartimos algunos puntos clave de la caballerosidad:
- Que piense en los gustos de otros siempre que sea posible y no siempre en los propios.
- Que trate a las mujeres con respeto, como trataría a su mamá.
- Que dé ánimo a los deprimidos, visite a los enfermos.
- Que aprenda a escuchar el doble de lo que habla, sin gritos ni insultos.
- Que no olvide la importancia de ser alegre, de sonreír.
- Que siempre diga las 3 frases mágicas: por favor, gracias y perdón.
- Que sea generoso en hacer favores.
- Saber identificar y satisfacer las necesidades de la gente.
- Ser amable con los demás.
Anímalo a ser cariñoso y compasivo con los más pequeños, generoso y respetuoso con las personas mayores, comprensivo con los rivales, tolerante y paciente con los más débiles o los más fuertes.
Y debe entender esto porque, al final de su vida, habrá sido cada uno de ellos. El caballero virtuoso, cabal, con una refinada educación y vida íntegra, es el que piensa en los demás y por ello, vive para los demás.
A continuación, te recomendamos algunos fuentes bibliográficas sobre este tema:
- Leonard Sax. (2008). El género importa.
- Michel Esparza. (2009). Amor y autoestima. España: Ediciones RIALP.
- José Ramón Ayllón. (2014). 10 Claves de la educación. México: Trillas.
*Artículo escrito por: Lic. J. Antonio López Carrera / alopez@irsl.edu.mx