Todos los padres de familia queremos que nuestros hijos crezcan con seguridad y firmeza que les permitan desenvolverse en campos de liderazgo y ser exitosos en donde ellos elijan.
También queremos que aprendan a ser afectuosos y que no teman a los sentimientos. En definitiva, que nuestros hijos alcancen un equilibrio en las muchas dimensiones de su vida, para llegar a ser verdaderamente felices.
Actualmente, en México y en numerosos países alrededor del mundo, existen instituciones educativas que imparten un modelo pedagógico singular, con eficacia demostrada y resultados altamente satisfactorios. Dicho modelo se conoce como educación single-sex o educación diferenciada por sexos.
En este sistema, se utilizan los conocimientos que comprueban las diferencias entre varones y mujeres, con el objetivo de potenciar, a través de la separación en el aula escolar, las habilidades –académicas, sociales y humanas– de cada uno.
Hoy en día, existen diversos paradigmas o mitos que rondan a los colegios de educación por sexos y que predisponen a los padres de familia a rechazar esta opción para sus hijos e hijas.
Por eso, queremos hacer algunas aclaraciones:
Intentar hacer igual lo distinto es el primer principio de injusticia, competir con los desiguales es una injusticia que afecta la seguridad y la autoestima de los jóvenes.
Si bien las diferencias entre hombres y mujeres son utilizadas para lograr una buena relación de pareja, ¿por qué no aplicar estas diferencias en el ámbito educativo?
Con este modelo, no se busca promover roles o estereotipos sino utilizar la enorme ventaja que tiene la diferencia entre hombres y mujeres para impulsar, corregir, mejorar su formación personal, así como ayudarlos a lograr lo que se propongan.
Es indudable que hombres y mujeres somos distintos, pero a la vez complementarios y es precisamente lo que busca este sistema. Buscamos la equidad de oportunidades, de derechos, de respeto pues al buscar la complementariedad, eliminamos las jerarquías.
La filosofía, la neurología y la pedagogía sustentan este tipo de educación. Algunas ventajas que ofrece el modelo de educación diferenciada por sexos son: