Por. Leticia Morales
¿Tu hija te obedece hasta que ella quiere? ¿Te convence fácilmente para obtener un permiso o quitar un castigo?
En el Instituto Lomas del Real nos interesa la educación integral de tu hija. Y una de las primeras virtudes a conseguir es la obediencia
A continuación, te presentamos algunos aspectos a tomar en cuenta para exigirle y, sobre todo, que te obedezca convencida de hacerlo.
¿Qué es la obediencia?
Aceptar, asumiendo como decisiones propias, las de quien tiene y ejerce autoridad, con tal de que no se opongan a la justicia, y realizar con prontitud lo decidido. ( Isaacs D.)
- Lo primero: el ejemplo.
Para exigir, hay que tener coherencia con la propia vida, con la verdad. Como dice la sabiduría popular: Hay que predicar con el ejemplo. No se trata de que seas perfecto en todo para poder ser un modelo a seguir; pero sí empieza con la exigencia personal, transmitiendo un espíritu de lucha.
- Tener autoridad-prestigio
El niño que obedece lo hace porque reconoce la autoridad de la persona que manda. Por eso es tan importante ejercer la autoridad con inteligencia, cariño y comprensión. (Isaacs D.)
Para exigir, tienes que tener autoridad, pero no una autoridad arbitraria, dictatorial, que cause temor. No se trata de imponer, sino de proponer; se firme, pero con amabilidad, empatía y acompañamiento; siendo para tu hija, una luz que oriente. Por ejemplo, no es lo mismo ordenarle que haga su cama y que le haga como pueda, a enseñarle paso a paso, con paciencia, cómo hacerla, hasta lograr que lo haga por sí sola.
Cuesta más trabajo, ¡sí! Pero hay que tomar en cuenta que la autoridad es un servicio. Justamente, autoridad viene del latín Augere que significa hacer crecer.
- Conocimiento y aceptación
Conoce a tu hija y acéptala como es. Date cuenta de sus puntos fuertes y sus áreas de oportunidad, para exigirle con expectativas reales.
- Que el amor sea el motor
Corregir sin enojo. Dirás: “es que me hace enojar”. Como adulto, debes actuar con autodominio, respeto y empatía.
No se trata de conceder caprichos, ni de hacerse obedecer por antojo. Lo que te debe mover es el bien de tu hija y el amor que sientes por ella.
- Marcar objetivos claros y límites bien definidos.
“El punto clave de la obediencia la produce el grado de exigencia de los padres y el secreto es exigir mucho, pero en pocas cosas, dando indicaciones muy claras, sin confusión” (Isaacs D. )
La acción está definida por el fin, y al mismo tiempo, el fin puede ser una motivación. Es importante que tu hija sepa hacia dónde se dirige, los límites que tiene y los beneficios que obtendrá al cumplir con las metas que se le proponen. Esto le facilitará el éxito.