El término “amor” se ha convertido hoy en una de las palabras más utilizadas y también de las que más se abusa, a la cual damos acepciones totalmente diferentes.
Nuestra búsqueda inicia en la comprensión del amor y la educación de este valor como un acto de voluntad en busca del bien. Cuando tu hija es amada, aprende con tu ejemplo a querer.
El campo semántico de la palabra amor es muy vasto, se habla de amor:
- A la patria, la profesión o el trabajo.
- Entre amigos, padres e hijos.
- Entre hermanos y familiares.
- Al prójimo.
- A Dios.
Entonces, la educación debería atender el desarrollo de la afectividad, favoreciendo una disposición generosa hacia el bien que, en ocasiones, exige sacrificio y renuncia para superar el propio egoísmo.
Tener buenos sentimientos facilita una firme voluntad para el bien. En nuestros colegios particulares en San Luis Potosí buscamos dar una educación que provea las vivencias y valores que se apoyan en el sentimiento y la afectividad para que enraícen más fuertemente en la persona. Tanto los afectos como los sentimientos aportan la energía que lleva a la acción moral.
Creemos que es indispensable buscar la formación del corazón para la maduración del hombre y de la mujer, con el fin de lograr su verdadera grandeza a través de una disciplina y purificación.
Buscar un alfabetismo moral. En definitiva enseñar a vivir con dignidad, de modo que se pueda ser feliz y en equilibrio de que una persona que desea dar amor debe a su vez recibirlo como un don.
Promover en la educación aquellos hábitos que permitan obrar bien en cualquier circunstancia y por voluntad propia, estén o no los padres presentes o se trate de un actuar que este penalizado por la ley del hombre.
La exigencia de la educación del amor es apremiante, ya que el perfil psicológico de las personas actuales se caracteriza por la escasa educación, entregada al pragmatismo todo lo que les interesa pero a nivel superficial.
“Omnia vincit amor”, dice Virgilio en las Bucólicas. El amor todo lo vence, sin llegar a un radicalismo, si el hombre fuera capaz de alcanzar su perfección personal a través del amor como vocación fundamental de ser humano.
En todos los tiempos y en todas partes del mundo existen y han existido:
- Necesidades.
- Esperanzas.
- Alegrías.
- Contratiempos.
- Soledad.
- Falta de convivencia.
- Intolerancia.
- Egoísmo.
- Individualismo.
- Conformismo.
- Desamor.
- Falta de resiliencia, empatía y compromiso, aunado a una falta de valores y ausencia de virtudes.
Se podrá experimentar un cambio en la sociedad cuando cada persona ofrezca el don de su bondad en su igual derramando, sobre él, amor puro que no se busca a sí mismo, sino que sencillamente quiere el bien.
La gratitud se manifestaría en todos los continentes, en todas las culturas y en todas las razas dando mejores relaciones entre los hombres, mejores familias, mejores sociedades en conclusión un mejor mundo.