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¿Jugamos a la traes?, ¡yo pido contar y buscar!, ¿mañana tú traes el resorte para jugar? Estas son frases que escuchamos poco en nuestras niñas y hemos olvidado lo importante que es que sigan siendo niñas y vivan la etapa en la que están como debería ser.
Hoy en día, la niñez se ha desarrollado de manera muy veloz marcando su vida futura. Se escucha que las niñas de hoy no son como las de antes, quienes jugaban más entre ellas, utilizando la imaginación.
Incluso la ropa era distinta a la actual, antes, los padres decidían qué se ponían las niñas, había miedo a las malas calificaciones, a los castigos, a los retos y existía mucho respeto a la autoridad.
Las niñas de hoy se han vuelto unas pequeñas consumidoras en donde cada vez piden más cosas y juegan menos, tienen más actividades extracurriculares y su tiempo de juego es tan limitado que han olvidado cómo hacerlo.
La forma de vida actual nos lleva a saturar a nuestras niñas de actividades en las cuales, queriendo que tengan un mejor futuro, olvidamos que son niñas y deben vivir plenamente esta etapa, jugando, convivendo y aprendiendo a ser tolerantes, a compartir y manejar la frustración.
Hoy por hoy, muchos aspectos de nuestra sociedad se han vuelto “desechables”, les compramos lo que piden, inclusive si de lo que se trata es de cambiar el modelo “viejo” por uno nuevo, olvidando que una niña tiene la capacidad, si nosotros se los permitimos, de entretenerse con cualquier cosa, incluso la imaginación.
No podemos negar que es bueno que nuestras niñas luchen por llegar a ser unas excelentes bailarinas, gimnastas, nadadoras, etc. Sin olvidar que los tiempos de ocio también son importantes para que tengan la libertad de convivir y jugar con sus iguales, así como la oportunidad de volverse más proactivas y hábiles en el difícil arte de las relaciones humanas, aspecto fundamental para una vida más plena al llegar a la edad adulta.
Dejemos que nuestras niñas se desarrollen a su paso y tiempo, sin querer saturarlas y no permitamos que los medios de comunicación y la tecnología acaben con una de las etapas más bonitas e importantes de la vida que es la infancia.
¿Cómo podemos lograrlo? No permitiendo que éstos sean los que entretengan, sociabilicen y formen a nuestras niñas, sino ayudándolas a crecer a su propio paso.
No podemos negar los beneficios que trae la tecnología (en los colegios privados la usamos bastante), ni que estamos en un mundo nuevo cambiante que gira en torno a las redes sociales. Sin embargo, nuestra misión en el Instituto Lomas del Real con las niñas es orientarlas para que la usen responsable, brindándoles también tiempo y los medios para una vida más sana.
Proporcionamos los medios necesarios para que tengan una infancia más sencilla y humana, educando en los valores. Algún día, ellas llegarán a la edad adulta, ¿para qué querer acelerar el proceso?
Pensemos cómo se encuentran nuestros jóvenes en estos tiempos llenos de sentimientos de insatisfacción permanente, la cual es producto de las vivencias de su infancia.
