Hay algunos elementos imprescindibles que no pueden faltar al acercarse estas fechas navideñas, que nos llenan de felicidad y a la vez nos hacen ver la cercanía de esa noche tan especial, recordando la llegada del niño Jesús. Se trata de los tradicionales villancicos que no pueden faltar en este mes de diciembre, los escuchamos constantemente ya sea en las clases virtuales de la escuela, en la radio, en casa, etc.
Nuestras hijas los aprendieron a cantar y a tocar en la escuela y en ocasiones los cantan en familia para alegrar esa noche que nos llena de unión y de alegría. Pero ¿Cuál es el origen de estos villancicos y estas canciones navideñas? Hagamos un recuento y descubramos que el Villancico era una forma de noticiero del pueblo, o canciones que los pastores componían y cantaban, y que la iglesia adoptó en su temática religiosa.
Hay musicólogos especializados que señalan que su origen no es popular del todo, sino que “se empezaron a cantar en entornos eclesiásticos, sustituyendo responsorios cantados en el servicio religioso de la Navidad. Ambas versiones tienen algo de cierto, pero lo más importante es que han permanecido hasta nuestros días como una forma de alabanza y adoración a nuestro Dios, el villancico tuvo sus equivalentes en otros países como Portugal donde lo llaman villancete y centinela.
En el mundo anglosajón el latín se mantuvo presente en los géneros litúrgicos, surgieron los Carols o Christmas Carols, en Francia los llaman Nöels, los italianos canzonetta di Natale y para los alemanes son Weihnachtslieder. En Latinoamérica, tienen diferente nombre, pero la sustancia sigue siendo la misma, tienen cauces paralelos, la música folklórica y la docta. El término villancico proviene de villanus o villano, es una canción popular de las aldeas medievales cultivadas posteriormente por músicos y poetas del Renacimiento. En México, el desarrollo del villancico se extendió durante los siglos XVI Y XVII, período en el cual estos cantos fueron presentados a los habitantes por misioneros y sacerdotes, para ejecutar villancicos polifónicos. Estos últimos constaban de un número indeterminado de coplas que alternaban con un estribillo.
Según el libro “Introducción al estudio del Villancico en Latinoamérica” Sor Juana, sobresaliente poetiza del siglo XVII, acostumbraba a reunir grupos de ocho o nueve villancicos dedicados a algún santo. Existe un artículo en México desconocido en donde se descubre esta parte de su quehacer literario, fueron en honor a la Purísima Concepción de nuestra señora y el lugar donde se interpretaron fue dentro de la Santa iglesia Metropolitana de México dato muy interesante que nos ilustra de su gran importancia desde entonces. En Argentina el villancico coexistió con otros géneros tales como los arrullos, los romances, canciones y danzas infantiles. En Chile es una canción en honor al niño Dios y a la Virgen cultivada anteriormente en las iglesias, aldeas y haciendas rurales y después cantada igual que en otros países con una estructura poético musical. Como nos daremos cuenta estos cantos navideños tienen una gran historia, los villancicos y canciones navideñas que aprenden sus hijas a cantar y a tocar tiene un gran peso religioso de adoración y alabanza con unos orígenes ricos basados en las tradiciones de cada país.
Esperamos que sus hijas puedan mostrar los villancicos que las maestras de música del Instituto Lomas del Real enseñamos, en familia en esta noche buena e intenten cantar con ellas en señal de unión entre familiar y adoración al nacimiento del salvador. Que en sus casas reine la gratitud ejecutando estos cantos, que sean de buenaventura y regocijo, en esta noche de paz, en esta noche de amor.