Nuestras niñas construyen su propia matemática, convirtiéndola en una estructura sólida, la cual es generadora de acciones lógicas que repercuten positivamente y enriquecen el entorno académico, social y personal, para toda su vida.
El método CIME facilita el aprendizaje de las matemáticas, es construtivista, y la manipulación del geoplano y las regletas son los ámbitos donde se fincan y desarrollan los conocimientos. Siempre va de lo más fácil a lo más difícil.
El uso de material concreto les da seguridad y certeza al resolver cualquier ejercicio como sumas, restas, multiplicaciones, divisiones, raíces cuadradas, fracciones, áreas, perímetros, etc. La dinámica parte siempre del trabajo en grupo pero las alumnas podrán iniciar sus experimentos individuales en cada momento matemático.
Se despierta la motivación mediante el juego y se favorece la creatividad, aprovechando esta situación para entusiasmarlas, destacando lo más notable de su trabajo e incentivando a las más tímidas.
Se refuerza la seguridad y confianza en sí mismas porque los conceptos y operaciones matemáticas tienen una referencia concreta en los materiales, no se trata de fórmulas mágicas que la maestra les presenta en el pizarrón y que deben “aprender” aunque no los entiendan, sino de relaciones que ellas mismas descubren y comprenden.
Tips para aprender a estudiar matemáticas para razonar
Como continuación del juego, a través de actividades, ejercicios y problemas propuestos por la profesora, se llega a establecer alguna relación matemática, incluye la verbalización de las alumnas y la socialización, para que ellas expliquen lo que están haciendo y lo den a conocer a las demás.
Será el tiempo más valioso para cimentar las matemáticas en la mente de las niñas en los juegos de los trenes (sumando, formando cantidades) y aviones (aprendiendo a multiplicar, volumen, potencias). Con el geoplano descubre diferentes figuras libres y geométricas que la van llevando de la mano hasta descubrir sus fórmulas.
Después nos vamos al libro y cuaderno de forma abstracta, utilizando el lenguaje simbólico escrito (números, signos y su acomodo) que refleja los procesos mentales y constituye el cierre del aprendizaje de cada sesión. Las alumnas aplican los conocimientos a diversos problemas y son capaces de crear otros.
La motivación se mantiene y llega a un mayor nivel de profundidad: la automotivación, derivada de la satisfacción que produce el superar retos y obtener logros. El éxito es el mayor motivador que existe, cuando es resultado de superar dificultades y poder llegar a apropiarse de las matemáticas y su aplicación.
La alumna se siente bien consigo misma y con los demás por la sensación de seguridad que le brinda su conocimiento en matemáticas.